Tipos de hernias en perros.

5 tipos de hernias en perros

Inguinales, umbilicales, diafragmáticas y discales... Cada una de ellas tienen en común el síntoma –un bulto que se ve a simple vista– y que el tratamiento temprano es fundamental para evitar serios problemas en el futuro; ellos también lo pasan mal

Los animales sufren muchas patologías de las que a veces nos olvidamos, pues creemos que solo afectan a las personas. Un ejemplo de esto son las hernias, las cuales se pueden presentar en perros casi con la misma variedad que existe en humanos. Además, este tipo de problemas son bastante dolorosos, por lo que es necesario estar atentos de su presencia.

Existen distintos tipos de hernias en perros, cada uno con sus propios síntomas. Si bien es cierto que algunas de estas patologías provocan solo malestares leves y generales, las más graves incluso podrían ocasionar la parálisis total del cuerpo del can. En el siguiente espacio te hablaremos de los distintos tipos de hernias que existen en perros.

Qué es una hernia.

Una hernia es una protuberancia del tejido de algún órgano del cuerpo. Dicho problema aparece con forma de un bulto o una hinchazón, lo que, según su ubicación, podría ocasionar mucho dolor interno en la mascota. Existen diferentes tipos de hernias en los perros, pero las más comunes son las umbilicales y las discales.

Se dice que las primeras podrían ser causadas porque la madre canina se pegue demasiado ‘al ombligo’ del cachorro y que, al cortar el cordón umbilical, lo haga de manera incorrecta.

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Aunque las hernias no suelen ser excesivamente graves, una hernia que lleve mucho tiempo formada, y que no reciba tratamiento, puede ocasionar serios problemas. Por ello, la mayoría de las veces el veterinario determinará que es necesaria una cirugía.

Causas de las hernias en perros.

Existen diferentes factores que pueden propiciar la presencia de hernias en los perros. Algunos de estos son:

  • Predisposición genética (herencia).
  • Problemas en el desarrollo.
  • Cirugías previas.
  • Sobreesfuerzos.

Síntomas de las hernias en perros.

Es complicado definir los síntomas que presentan las hernias, pues estos dependen mucho del órgano o el lugar del cuerpo en donde aparezca. Sin embargo, los más frecuentes en este tipo de problemas son:

  • Apatía.
  • Renuencia a moverse.
  • Dolor.
  • Pérdida de la coordinación.
  • Sensibilidad en ciertas partes del cuerpo.
  • Abultamientos en cualquier parte del cuerpo.
  • Pérdida del apetito.
  • Lamido excesivo de las extremidades.
  • Vómitos.
  • Debilidad.
  • Inflamación.

Como te puedes dar cuenta, los signos clínicos anteriores se comparten con varias patologías diferentes. Por ello, no te alarmes si tu mascota presenta uno o varios de estos síntomas. Claro está, es muy recomendable acudir con el veterinario para que pueda descartar la existencia de algún problema grave de salud.

Tipos de hernias en perros.

Unas hernias podrían ser más peligrosas que otras, por lo que es importante reconocerlas y tratarlas a tiempo. Estos son los distintos tipos de hernia en perros:

1. Hernias inguinales.

El canal inguinal es un conducto que se ubica entre los músculos abdominales, y que comienza con el anillo inguinal interno y finaliza en el externo. Es decir, los músculos abdominales comienzan con un anillo y terminan su longitud en otro.

Se presenta en forma de masa y puede ser ‘absorbida’ por el abdomen, lo que crea, así, una hernia. Estas pueden llegar a hacerse extremadamente grandes, por lo que la intervención para eliminarlas tiene que ser inmediata. Es crucial vigilar a nuestro animal y palparlo de vez en cuando, pues este tipo de hernias podrían ser de carácter congénito.

2. Hernias umbilicales.

Como sucede en el caso de las personas, esta es una de las hernias más comunes en perros. Como es obvio, los perros no tienen ombligo, pero sí una zona de la que sale el cordón umbilical. Si la madre, como dijimos antes, se acerca mucho a esta zona, es muy probable que ocasione una hernia.

Es muy común verlas y no deberán suponer un serio problema. Sin embargo, nunca debemos intentar empujarlas hacia dentro o poner esparadrapo para comprimirla. El tamaño podría reducirse de forma natural y, en caso de ser necesario, habría que intervenir quirúrgicamente para corregirlo.

3. Hernias diafragmáticas.

Debido a que las hernias son protuberancias de algún tejido de un órgano, estas podrían desplazar otros órganos y producir serios problemas de salud. En el caso de las hernias de diafragma, los síntomas más frecuentes son latidos del corazón irregulares y algunos síntomas de shock.

El animal podría tener dificultad para respirar, y es posible que veas que su abdomen se mueve demasiado rápido. Esta es una hernia que debe tratarse con urgencia, ya que afecta al sistema respiratorio del animal.

Vómitos, diarreas y una distensión abdominal serían las principales consecuencias, puesto que este tipo de hernias en perros podrían darse en el estómago y en el intestino. Lo normal es que sean causadas por un traumatismo, que provoca un desgarro en el diafragma y que provoca que el tejido crezca hacia donde no debe.

4. Hernias perineales.

Las hernias perineales se originan debido a un fallo del diafragma muscular de la pelvis. Esto significa que el contenido abdominal invade el recto de manera súbita, lo que ocasionará estreñimiento y dificultad para orinar. Por lo común, este tipo de hernias afecta a los perros de mayor edad.

Aunque en la mayoría de los casos las hernias perineales no necesitan un tratamiento de urgencia, es importante recibir atención veterinaria lo más pronto posible.

5. Hernias discales.

Este tipo de hernia en perros es ocasionada también por un traumatismo causado por un golpe o una caída. Esta aparece cuando uno de los discos amortiguadores que hay entre las vértebras se rompen o se inflaman. No obstante, también puede pasar en perros mayores por un deterioro degenerativo de los discos.

Tratamiento de las hernias.

De forma general, existen dos tratamientos principales para las hernias en los perros. El primero consiste en la intervención quirúrgica que busca eliminar la protuberancia que causa los malestares. Mientras que el segundo solo pretende aliviar de manera temporal los síntomas, pues se corre más riesgo con la cirugía.

Los tratamientos paliativos dependen mucho del tipo de hernia que afecte al perro y de la gravedad del caso. Sin embargo, solo se recomiendan cuando la calidad de vida de la mascota no se ha visto afectada o no exhibe muchos síntomas de importancia.

Una hernia discal puede ocasionar fuertes dolores en el animal y, aunque es muy recomendable la cirugía, esta supone unos riesgos muy importantes que hay que tener en cuenta.

No olvides estar siempre pendiente de tu animal, ya que incluso cuando pudiera tener una hernia causada por un traumatismo, es posible que haya pasado cuando tú no estuvieras presente. Palpa a tu perro y observa su cuerpo, y ante cualquier pequeño cambio no dudes en ir al veterinario.

referencias:

https://misanimales.com/tipos-...

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